Frecuentemente la vida de alguna manera nos plantea situaciones que causan gran dolor y sufrimiento y está en nuestras manos los medios para sortear y paliar tales dilemas de manera eficaz. Usted puede usar medicamentos, terapias, procedimientos médicos o lo que sea para sanar y superar sus aflicciones, pero si usted desconoce las leyes de la mente, cualquier intento será infructuoso y usted se verá obligado a volverlo a vivir una y otra vez. Ante un dolor y sufrimiento intenso usted se identifica con la mente y hace que el pensamiento se vuelva compulsivo. No ser capaz de dejar de pensar es el problema, pero no nos damos cuenta de ello, así que se considera normal. Ese ruido mental incesante nos impide encontrar el reino de quietud interior.
Su situación de dolor puede ser horrible, intolerable, inconcebible, pero es como es. La mente lo etiqueta, permanece en el juicio causando dolor e infelicidad. Una de las tareas de la mente es combatir y suprimir el sufrimiento emocional, lo cual es una de la razones para su incesante actividad. Pero cuanto más se esfuerza la mente por librarse del dolor, mayor es éste. Usted no se librará de su sufrimiento hasta que no deje de derivar el sentido de su dolor de la identificación con la mente. Mientras niegue la situación, se victimice o desee que las cosas fueran diferentes, la posibilidad de sanar no aparecerá y usted sufrirá innecesariamente. El sufrimiento es inevitable mientras usted esté identificado con una posición mental, ya que el dolor que usted crea es una forma de no aceptación, una forma de resistencia a lo que es. Si no acepta la situación, el dolor se alojará en su mente y su cuerpo y usted creará un patrón del dolor con el que se identificará a cada momento.
El único paso vital en su camino hacia la sanación es dejándose de identificar con su mente y podrá incluso verse a sí mismo sonriendo a la voz de su cabeza, ya que no se toma tan enserio el contenido de su mente, puesto que el sentido de su dolor no depende de ella.
Así que no busque llegar a ser libre del pensamiento o lograr la sanación, vuélvase consciente como el observador de su mente. La mayor parte del sufrimiento es causado por uno mismo, mientras la mente no observada maneje nuestra vida.
En el momento en que observa el cuerpo del dolor, en que siente el campo de energía en usted y dirige su atención hacia él, la identificación se rompe. Así como usted no puede luchar contra la oscuridad, no puede luchar contra el cuerpo del dolor. Observarlo es suficiente, lo que implica aceptarlo como es, sin condiciones.
Así que acepte y después actúe! Acéptelo como si usted lo hubiera escogido, conviértalo en su amigo y su vida se transformará milagrosamente. Esa es la fórmula de la sanación!
La atención consciente sostenida corta el lazo entre el cuerpo del dolor y sus procesos de pensamiento y se efectúa la transmutación!
Algunos hábitos que le permitan acelerar la cura de su sufrimiento son:
• Viva en el ahora: suelte el pasado, no mire hacia el futuro y sea consciente del momento presente.
• Medite: encuentre un equilibrio interior libre de tiempo y del pensamiento.
• Acepte: diga sí a la vida y vea como esta empieza a funcionar a favor suyo. Aceptación no es resignación.
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