En un contexto sumamente competitivo donde la paridad competitiva no se define por características de productos y servicios sino por nivel de productividad y margen de rendimiento, la efectividad se mide en el equilibrio entre eficiencia y la eficacia que matiza el éxito en un respectivo campo. La mayoría de las entrevistas realizadas a los grandes campeones, inversionistas y empresarios, se les formula la pregunta del millón: cuál es el secreto de tu éxito? La mayoría de entrevistas arrojan resultados muy similares pero contundentes a un solo factor: enfoque.
La gente altamente eficiente entiende muy bien que nada es fortuito en esta vida y que todo logro es el desenlace de una mentalidad y unos hábitos consecuentemente eficientes. Por lo general, desechan todo aquello que no contribuya al progreso y apelan a aquellos hábitos que maximizan el potencial, la eficiencia y la productividad.
A manera de ejemplo, Elon Musk, el hombre más rico en la actualidad y fundador de empresas tan épicas como Tesla y SpaceX, es considerado como una de las personas más productivas y altamente eficientes en el ámbito empresarial. Musk tiene unos hábitos adecuados para lograr una máxima productividad y disciplina en los objetivos que se marca continuamente.
Entre los hábitos predominantes de este grupo de personas extraordinarias se hallan:
• Emplear la tecnología: el uso de la tecnología es imprescindible para que trabaje de manera sistemática y eficaz para generar ingresos y óptimos resultados.
• Toman la responsabilidad de todo: no dan dilación a lo fundamental y obligatorio. Se responsabilizan de iniciar, desarrollar y terminar una tarea en un determinado tiempo.
• Accionar: cualquier acción es mejor que la inacción. La efectividad se deriva del hábito del accionar, prueba y ensayo, a pesar del miedo, la incertidumbre o la inseguridad.
• Priorizar: es el hábito de asignar un nivel de prioridad a una tarea o proceso que induce a una mayor concentración, dedicación y detalle.
• Rodearse de personas igualmente eficientes: la energía es contagiosa. Las personas eficientes se impregnan de la energía de otras personas igualmente eficaces y dignas de emular.
• Sin distracciones: es el hábito de distanciar todos los factores distractores que entorpezcan el desempeño y enfoque.
INTENCIONES SIN ACCIONES IGUAL A FRUSTRACIONES!
