El amor no se exige, no se fuerza ni se condiciona. El amor es un sentimiento sublime que nace, se desarrolla y perdura al margen de la bondad de dios.
Es una verdadera paradoja vincular el dolor al amor, diciendo que si el amor no causa dolor o tormento, no merece la pena vivirlo.
Ahora hay millones de personas que viven solas o como padres solteros, incapaces de establecer una relación íntima o renuentes a vivir el drama demente de las relaciones pasadas. Otros saltan de una relación a otra y otros continúan en una relación disfuncional donde prevalece la negatividad, ya sea por el bien de los hijos, la seguridad, la fuerza de costumbre, el miedo a estar solos o algún arreglo beneficioso; o inclusive por la adicción a la excitación al drama emocional y el dolor. Otros particularmente persiguen la meta de la salvación a través de una relación especial, solo para darse cuenta de que mientras más lo persigan se desilusionarán una y otra vez. Sufrir por amor tiene innumerables causas, siendo el ego el responsable pronunciado. El ego, cuyas necesidades son infinitas, buscará llenar un vacío emocional o cumplir con sus demandas, ya sea eligiendo personas por sus características personales o bajo cánones de belleza, con el fin de encajarlo con su modelo egocéntrico.
El amor no es selectivo, lo mismo que la luz del sol no es selectiva y no convierte a una persona en especial ni es exclusivo. La exclusividad no es el amor de dios, sino del ego.
Muchos confunden el genuino sentimiento del amor con una transitoria emoción de deseo, capricho u obsesión. El hecho es que elegir o aceptar a una persona según estándares personales o criterios egocéntricos, hará que usted se identifique con la mente, crearía un conflicto interior y obstruiría los destellos genuinos del amor. Cualquier vínculo afectivo que se tenga en razón de satisfacer las demandas del ego no perdurará, sino que terminará de alguna manera en un periodo de tiempo. Es infalible.
El verdadero amor no puede florecer a menos que usted esté permanentemente libre de la identificación con la mente para disolver el cuerpo del dolor. Usted quedará atascado en un modelo de pensamiento y sufrirá innecesariamente.
Para sanar cualquier sufrimiento o dolor emocional, usted debe darle atención, que significa observación. Porque cuando usted lo observa, se corta el lazo entre el cuerpo del dolor y sus procesos de pensamiento y se efectúa la transmutación. Ahora consciente usted se conectará con la consciencia del universo que lo quiere ver completo y feliz.
Su meta no es buscar amor, sino abrir una puerta por donde el amor pueda entrar. Eso se logra mediante la no identificación con la mente, no generar resistencia a lo que es y vivir consciente en el aquí y ahora.