La soledad solo te dice en quien en realidad eres y te muestra un espejo para que aceptes que ese eres tú, tan imperfecto, tan único, tan tú!
Cuando la soledad es elegida o por una decisión autónoma, resulta como una experiencia agradable, favorable y edificante. Sin embargo, cuando la soledad ha sido impuesta o como resultado de las circunstancias de la vida, la soledad se percibe como una carga o un castigo. La persona es susceptible de contraer depresión, ansiedad y tristeza.
Los seres humanos experimentamos periodos de soledad e isolación a través del camino de la vida. Entonces no sería mejor una cuestión de aprender a vivirla y extraerle todos sus beneficios y ventajas, en vez de luchar contra ella y resistirse a lo que es?
Entre los modos pertinentes para confrontar la soledad y hacerla saludable y enriquecedora, se hallan:
- Cambia tu diálogo interno: ese monólogo ya grabado en tu cabeza es un patrón mental que puede volverse muy destructivo y puede llevarte a crear hábitos insanos.
- Crea una rutina diaria: haz lo que te gusta, explota tus habilidades e incorpora hábitos saludables en tu rutina diaria.
- Medita: encuentra quietud interior mediante un equilibrio mental, físico, emocional y espiritual.
- Disfruta de tu soledad: no la veas como un problema a resolver, sino como una experiencia de crecimiento personal y autodescubrimiento.
TODO ES TEMPORAL, APRENDE CON ELLA!